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Jorge Sobisch y Jorge Sapag |
Jorge Sapag demostró que se pueden prometer una gran cantidad de cosas luego de mencionar a la renegociación de los contratos petroleros. Además nos enteramos, gracias a su contundente e impecable retorica, que la provincia de Neuquén, apuesta firmemente a las nuevas formas de energías renovables y amigables con el medio ambiente. Para investigar y desarrollar a Neuquén en este campo, se utilizarían recursos tales como los provenientes de la explotación petrolera, gasífera, hidroeléctrica y forestal, esta última muy difundida en el Dpto. Aluminé, que tiene el raro privilegio de contar con el 30% de la superficie reforestada de la provincia. Y es raro el privilegio, porque esa superficie no se reforesta con flora autóctona, cada vez más escasa, sino todo lo contrario, se arrasa, a fuerza de máquina y cadena, contra bosques nativos, algunos de muchísimo tiempo y por ende de un valor incalculable.
Para compensar el insalvable error, la gestión municipal de Andrés “Salchicha” Méndez, hace cositas tipo ´´Mi pequeño bosque nativo´´, que son unos arbolitos de unos 10cm., frente al Polideportivo Municipal. Con certeza Méndez como Sapag, Sobisch y muchos más, se matan de risa de lo ignorante y desunido que es el pueblo del Neuquén, quien prontamente tendrá otra oportunidad de ratificarlos en sus cargos públicos de manera democrática.
29 comentarios:
Che, qué hijos de puta estos políticos. Hay que decir que cuando se elimina el bosque nativo, se eliminan muchas especies del suelo que necesitan de esos árboles para formar el suelo. Introducir árboles exóticos implica la pérdida de muchas de estas especies microscópicas, y puede llevar a la pérdida de suelos que contribuyan a reservorios de agua. De hecho, la desertización y sequías que hoy se observan en provincias como Córdoba y Santiago del Estero se basa en la desforestación, y algo parecido ocurre con los aludes como el de Tartagal.
Tú lo has dicho todo Augusto, o más bien mucho, porque el pino foráneo trajo un bicho que se mete tb en los pehuenes (árbol sagrado y ancestral de la Pehuenia) y los va secando. Hace algunos años, Aluminé fue desconectado de la usina por causa de un irremediable accidente y conectada a una linea de cuarta de la represa El Chocón. Y eso sin mencionar el problema local del tratamiento de la basura. Vean el el GoogleEarth, la mancha que tiene el río Aluminé, desde el río Ruca Choroy hacia abajo.
La nota dice: "Para investigar y desarrollar a Neuquén en este campo, se utilizarían recursos tales como los provenientes de la explotación petrolera, gasífera, hidroeléctrica y forestal."
Yo veo más que razonable que se usen fondos generados por las fuentes de energía contaminantes y no renovables para investigar y desarrollar otras nuevas, renovables y más "limpias" que podrían reemplazar a la primeras.
Muy bueno el blog. Saludos.
Creo que depende de qué tanto destruyan o contaminen el ambiente (y con ello pongan en riesgo nuestra propia subsistencia) durante la investigación que lleve a lograr los tipos de energía más limpios, aún suponiendo que las investigaciones tengan éxito y logren reconocer estas alternativas energéticas.
También es cierto que la energía contaminante ya se usa indiscriminadamente (seguramente vos también tendrás un auto), así que si parte de la guita generada por la producción de, ponele, combustibles fósiles, va a la investigación de fuentes de energía alternativas, a mí me parece bien.
Digo: peor sería que eso se convierta en fondos de campaña, o cosas peores, ¿no?
No tengo auto (aunque sí compu, que también usa modos non sanctos de producción). De todos modos debe estar balanceado el uso de la energía contaminante, de forma que no pase la barrera de la sustentabilidad. Es al vicio que encontremos una forma de producir algo que contamine menos que el petróleo si en el proceso usamos el petróleo para contaminar de manera irreversible (por ejemplo, hay quienes consideran que en relación al cambio climático, ya pasamos el punto de no retorno).
Entiendo lo que decís.
Sin embargo, más allá de lo que consideren algunos, lo que creo es que el petróleo es la fuente de energía más difundida no sólo en nuestro país sino en todo el mundo (de ahí que se hagan barbaridades como la guerra en Irak, entre tantas otras), de modo que me parece bien que aunque sea parte del dinero generado por la explotación petrolera (que, seamos realistas, NO se va a detener hasta que los yacimientos queden bien sequitos) se destine a investigar nuevas fuentes de energía.
Y también creo que esas investigaciones me parecen un uso más legítimo de ese dinero que la inyección de esos capitales para los destinos habituales: financiar la propia continuidad política, "aceitar" los engranajes burocráticos, "convencer" dirigentes opositores y toda la larga serie de etcéteras a que nos tiene acostumbrado la clase política argentina en general y neuquina en particular.
Como dijo Nimo: por lo menos así lo veo yo.
Estimado Bruno, interesantes opiniones. Decís que te parece un "uso más legítimo del dinero", el que es destinado a inventigaciones de desarrollo e investigación, en vez de dilapidarlo en otras cosas, como campañas políticas. Ahora pregunto, destinar estos fondos a estas "investigaciones", ¿no es hacer campaña?
Estoy de acuerdo en que hay mejores y peores formas de usar la plata generada por una industria destructiva del ambiente, y por lo tanto, de nuestra salud, pero creo que esto pasa a segundo plano ante lo nocivo de la destrucción misma. Yo creo también dos cosas:
Primero, el fin no justifica los medios. No se justifica destruir para encontrar a futuro un modo productivo que no destruya. Resulta incluso contradictorio destruir para evitar destruir, en una de esas, en el futuro, si encontramos un nuevo tipo de energía que no destruya (y de hecho, suena a excusa en tanto se conocen algunos modos alternativos de uso energético).
Segundo: justificar cierto fin que requiere métodos cuestionables porque hay otras finalidades con los mismos métodos que son peores (robo de los políticos) parece una falacia, suena a decir que Mussolini es bueno por Hitler mató más gente.
Estimado Aluminé Hoy:
Destinar el dinero de regalías petroleras a la investigación de fuentes de energía alternativas y usar esa inciativa para promocionarse durante una campaña política es una cosa muy diferente a destinar el dinero de regalías petroleras a hacer campaña a secas.
Si te preguntás cuál es la diferencia, salta a la vista: si se destina el dinero de regalías petroleras a hacer campaña a secas, en el trámite no se le está buscando una salida al círculo vicioso del uso de combustibles fósiles.
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Augusto:
Con respecto a usar una tecnología destructiva del ambiente para desarrollar otras que no lo sean (o que, al menos, destruyan el ambiente en menor grado), puede sonar contradictorio de entrada, pero lo que estás dejando fuera de tu razonamiento es que el consumo de hidrocarburos ya se está llevando a cabo desde hace rato y no va a desaparecer (ni a disminuir) por un tiempito.
Así que, si de ahí puede salir algo que mejore un poco el panorama, por mí está bien.
En cuanto a lo de Hitler y Mussolini, es un poco así, pero es lo que hay.
Y, con el modus operandi de nuestra clase política, plata cuyo destino no se publicó es plata que se afanó.
Pero está el problema de que si aceptamos que la energía contaminante se va a seguir usando, usarla para una finalidad nueva implicaría usarla en un grado aún mayor, y por lo tanto contaminar en un grado aún mayor, porque estamos aceptando que no vamos a dejar de usarla para lo que la estamos usando hasta ahora. Por eso creo que se lo puede dejar de lado (a no ser que creamos que podemos dejar de contaminar en las actividades que antes llevábamos a cabo, en cuyo caso también podríamos concebiblemente usar esa alternativa para la investigación).
De hecho, en términos prácticos que esto fuera bueno o malo dependería del éxito final de la investigación (y, como dije antes, de no destruir todo en el proceso hacia un fin presuntamente superior), lo que no se puede garantizar. Por ejemplo, ahora estoy viviendo en una provincia sojera, y aquí se usa mucho la soja, que, le da la mayor parte de los ingresos al gobierno nacional, que ha sido usada en cierto grado para la investigación y desarrollo por el gobierno nacional. Sin embargo, de acuerdo a mis contactos, dudo que la investigación que se ha financiado pueda contraarrestar las consecuencias nefastas de la soja de provocar cánceres en poblaciones rurales. Además también dudo que puedan evitar desertizar el terreno, lo que va a llevar a que por largo tiempo (incluso hasta 100 años) no se pueda volver a sembrar, convirtiendo a estas provincias en desiertos, y obligando a los campesinos a afincarse en Buenos Aires.
Mucho mejor, en tanto a menos agresivo (y menos contradictorio), es llevar a cabo la investigación en base a los aportes energéticos limpios, ya existentes por otra parte, o que no sobrepasan la capacidad de sustentabilidad del ambiente.
Por no mencionar que lo que los políticos digan que van a hacer no es necesariamente pronóstico de verdad, y basándonos en su historial, mal se puede hacer en confiar que sí será verdad.
Pero es que no va a intensificar la producción petrolera para investigar fuentes de energía alternativas (se la va a intensificar, pero por plata), sino que el dionero que se va a dedicar a esa invesigación proviene de la explotación petrolera ya existente.
Por otro lado, los casos de cáncer asociados con la producción de soja no tienen que ver con la soja en sí sino con el uso de pesticidas cancerígenos (glifosato, puntualmente, que también provoca malfomaciones en los bebés gestados en la zona de uso), que son preferidos por los productores sojeros a otros no tan agresivos porque... son más baratos.
Ah, ok., no te referís a usar la energía del petróleo para las necesidades energéticas de la investigación, sino a usar el dinero proveniente de su venta para financiamiento, la cacé mal. Igualmente, persiste la posibilidad de vender algo menos agresivo para el ambiente (y de paso salir de la economía colonial de centrar los esfuerzos locales a proveer de materias primas a otras regiones). Lo destructivo no es la única manera de producir y obtener un ingreso. La culpa de que se sigan usando estas cosas destructivas no están sólo en los consumidores, sino que también en los vendedores.
El cáncer y las malformaciones son producidos por el glifosato, pero por lo que sé esto está bastante estrictamente relacionado con la soja porque el tipo de soja transgénica que vende Monsanto, y que más se usa en el país, requiere como pesticida del glifosato. Es más, en realidad el glifosato es un poco menos jodido que algunos organoclorados que se usaban antes, pero se usa en grandes cantidades y la desertificación que produce la soja lleva a que la tierra más impregnada con estos más antiguos agroquímicos vuele con los vientos y llegue a la población, y contribuya a envenenarla.
En realidad no soy yo el que se refería al uso del dinero proveniente de la producción petrolera para investigar enegías alternativas, sino que fue lo que leí en los diarios.
En cualquier caso, quiero hacer una observación de índole práctica: toda vez que el petróleo es la principal fuente de energía usada en el mundo, la explotación petrolera tiene para largo.
Incluso aunque no aumentara la explotación, el uso (es decir, la demanda) seguiría aumentando a la par del parque automotor.
Que lindo debate se armo.Pero ojo,a no desviarse del asunto.Que Jorge Sapag diga que neuquen se esta desarrolando en el campo de las enargias limpias y amigables con el medio ambiente,no quiere decir que esto sea cierto.¿Cuantos parques eolicos funcionando en el area rural conocen? En cambio si sabemos de chiuido,porque nuestro queridisimo gobernador,lleva 4años manijeando. Que se yo, por ahi hacer un lago en un lugar donde no lo habia,sea algo re ecologico y no me avisaron. por mientras yo me pregunto¿rifamos nuestro medio ambiente para que bs.as. tenga mas elecricidad?
Y sí, Anónimo, así funciona la cosa: vivimos en un país que cambió la dominación española sobre la colonia por la dominación porteña sobre las provincias.
Bruno, que aumente la demanda a la vez que aumente el parque automotor parece ser una realidad, pero eso es lo que consideramos que es malo. Se puede decir "bueno, y qué más se puede hacer, no podemos impedir que la gente se reproduzca y quiera autos". Sería bueno que no se multiplicara el consumo, que la población humana no se incrementara, pero está fuera de nuestro dominio. También que elija tener autos o no. Pero eso no quita que existe la responsabilidad por parte de quien provee de esa energía de mantener el actual status quo, o contribuir a cambiarlo, haciendo caso omiso a la demanda y ofreciendo, antes bien, productos de tipos energéticos más limpios. Al fin y al cabo, eso se va a tener que hacer alguna vez, porque aunque no nos interesara el cambio climático, las reservas petroleras son finitas. Por otro lado, veo que te quejás de la dominación porteña de nuestra economía, pero en realidad, con un modelo depredador enfocado en hacer ganancias exportando materias primas y combustibles, no hacemos nada para dejar de ser colonias (porque enfocar toda la economía en exportar esos materiales crudos, y depender de los productos elaborados por otros, es precisamente lo que nos pone en relación de dependencia y nos hace colonias efectivas). Los porteños no ponen el cuchillo en la panza, las provincias tienen capacidad de elección, al igual que el país.
De hecho, creo que todos deberíamos, a escala país, y a escala provincia, fomentar la autosustentabilidad y diversificación económica, a fin de no destruir nuestro ambiente (y nuestra salud) en pos de satisfacer demandas externas y el enriquecimiento de sólo los dueños de las compañías explotadoras. Es lo que hacen los países del llamado "Primer Mundo". Por otro lado, China prefirió comprar soja a los tercermundistas en lugar de seguir sembrándola ellos cuando vieron el grado en que se desertizaba su propio territorio fértil.
No me quejo, Augusto.
Cuando digo "así funciona la cosa: vivimos en un país que cambió la dominación española sobre la colonia por la dominación porteña sobre las provincias", apenas si enuncio una situación diariamente comprobable.
Por otra parte, lo que decís acerca de las relaciones entre los actores del mercado (con expresiones como "haciendo caso omiso a la demanda", por caso) evidencia claramente que no te dedicás al comercio.
Como parece hacer falta que lo explique, procedo: los comerciantes no tienen más moral que el dinero.
Si alguien espera otra cosa, se está pasando de ingenuo.
En cualquier caso, el modelo de país centralista y unitario acaba de festejar sus primeros 200 añitos, y no va a poder cambiarse de un día para el otro.
E incluso aunque eso fuera a suceder, difícilmente sea la sola voluntad de "las provincias" la que lo logre: como a todo modelo económico, se lo abandonará cuando ya no sea rentable o, más probablemente, cuando implosione.
Ah, me quedó en el tintero: lo que hacen los países del Primer Mundo para evitar la pobreza, los desastres ambientales e incluso la guerra es... ¡exportarlos!
Entonces, los garcas que hacen eso (y los que los defienden por hacerlo) a nivel global difícilmente sean mejores que los que lo hacen a nivel local.
Bruno: no sé si es tan comprobable que los porteños nos dominan. Políticamente, en el congreso son minoría. Económicamente tienen mayores ingresos en general, una relación similar a la que tiene este país con respecto a los países del Primer Mundo, pero dado que las provincias tienen el mismo peso político que la capital, esto depende de que los políticos provincianos se dejen comprar por quien tiene la plata.
No estoy en el comercio, pero creo que si creés que un trabajo es moralmente reprobable, tenés toda la libertad (e incluso obligación moral) de evitarlo y dedicarte a otra cosa. Que no lo quieras hacer sí es moralmente reprobable, es decir, que se prefiera ganar el mucho dinero que esa explotación te da antes que, por ejemplo, priorizar no envenenar la población, es reprobable. Que el poner el dinero por delante de todo sea el comportamiento que predomina hoy (que, te acepto, es cierto), no es justificación, porque tal cosa implicaría justificar a los sojeros por tantos envenenamientos (la soja da mucho rédito, gran parte de la renta del país). En realidad, si pretendemos cambiar algo para bien, tenemos que oponernos a esto, y no simplemente aceptarlo como inevitable, que es lo que parece que das a entender.
Respecto al Primer mundo, es cierto que exporta tecnologías contaminantes, lo que claramente los caracteriza como garcas, pero igualmente garcas son los locales que les dan pie a ingresar con sus empresas contaminantes por el rédito económico que ello les produce. Traía a colación el Primer Mundo no para loar su moralidad, sino su inteligencia a la hora de diversificar su economía, una cosa que no hacen los países que insisten con ser exportadores de materias primas, independientemente de la suciedad de las tecnologías empleadas.
En cualquier caso, podés hacer una diferencia involucrándote en el juego político, que está abierto a todos.
Pero, si sos de los que dicen que eso no es para ellos, creo que tu derecho a protestar por el estado de las cosas se va reduciendo, ¿no?
Creo que el derecho a protestar no se reduce de ninguna manera, en tanto haya libertad de expresión, lo que está bien. Y creo que está bien involucrarse, pero no hace falta para ello querer integrarse en un partido político. Difundir lo que creamos que es malo ya es bueno, porque cuanta más gente esté de acuerdo en evitar un modo productivo contaminante, más difícil va a ser a los gobernantes implementarlo. Después muchas otras cosas están buenas que podemos hacer, con lo que podemos contribuir con un grano de arena. Como soy anarquista, no estoy de acuerdo en pretender imponerles a los otros nada, y por tanto no me involucraría en partidos.
Las ideas anarquistas están buenísimas.
Podemos incluso decir que son las más nobles a nivel político.
Pero convengamos que son inaplicables, al menos a gran escala.
No delegar responsabilidades en otro implica la necesidad (y la obligación) de involucrarse y hacerse responsable uno mismo, cosa que no se ve demasiado.
Y lo mismo va para la libertad de expresión.
La tan manoseada política es la herramienta más legítima para lograr los cambios que consideremos necesarios.
Y, además de la política partidaria, hay muchas otras maneras de asociarse con fines políticos (aunque ninguna tan eficaz).
En cuanto a lo de "difundir lo que creamos que es malo ya es bueno", lo veo relativo.
Si uno se limita a estar todo el tiempo marcando errores ajenos, no está contribuyendo, ni siquiera protestando: eso es pataleo, como el de los nenes.
Si ves algo mal y creés que podría estar mejor hecho, los canales están abiertos para que intervengas.
El camino es largo, y ciertamente debe ser incómodo (supongo que por eso es tan poco tomado), pero ahí está para todos los que quieran hacer algo (quiero decir: algo más que hablar).
Los hombres reales viven en el mundo real: pagan impuestos al estado, piden préstamos a los bancos, trabajan por su cuenta o en instituciones, compran autos y computadoras fabricados por empresas multinacionales... y le pagan a otra por la banda ancha para que sus hijos puedan comentar en blogs.
Las ideas anarquistas no son impracticables desde mi punto de vista. Se dieron en Asturias durante la guerra civil española, donde aumentaron el nivel de vida de la población durante el escaso tiempo que duraron, y también en Ucrania antes de que el ejército rojo los derrotara. A otro nivel, se dieron también en Islandia, demostrando que los servicios comúnmente asociados con el estado pueden ser llevados a cabo por los particulares.
Me parece bien que no delegar responsabilidades en otros y hacerse responsable uno mismo. Pero yo creo que a esto se lo puede hacer tranquilamente desde el anarquismo, y no hablo de hacerle guerra al estado (soy pacifista también). Se puede organizándose en cooperativas, cuya intención no esté en el lucro, sino solidaridad, servicio y subsistencia, donde haya horizontalidad e igualdad de ingreso, un ingreso reducido a un mínimo digno (que habría que definir); de este modo estamos poniendo nuestro grano de arena por no reproducir la injusticia capitalista. Dando libertad de ingreso de otras personas a las cooperativas, que es uno de los principios cooperativos, ayudamos a combatir el desempleo. Usando lo más posible energías limpias, contribuímos a decrecer la demanda de las sucias. Y dando a conocer nuestro punto de vista, damos a los demás información para elijan lo que hacer, y una forma de evadir la injusticia capitalista o la destrucción de su ambiente y su propia salud. De hecho, uno de los principios cooperativistas es dar a conocer la organización cooperativa y sus ventajas a la gran sociedad. Esto es un trabajo porque implica estudiar uno también.
No puedo estar de acuerdo con vos en prenderme a la política partidaria, aunque sea legítima (desde la legalidad estatal, por supuesto), por ser impositiva -y estoy en contra de obligar a alguien a hacer lo que yo crea. Tampoco puedo estar de acuerdo con recortar la libertad de expresión, sea lo que sea lo que se diga, porque me parece una maniobra impositiva y cercana a lo fascista. Creo que también se puede entender el activismo anarquista-cooperativista al que me refiero, como una forma de hacer política. Creo que dar opinión es intrínsecamente bueno, es el ejercicio de una libertad fundamental, que puede servir de gran utilidad aunque no seamos nosotros los que la llevemos a cabo lo que creemos que se debe llevar a cabo. Pasa en la ciencia, por ejemplo, un científico nota que los transformadores producen cáncer y difunde ese conocimiento. Es cuestión de los técnicos diseñar luego un transformador inocuo. O de la sociedad reemplazarlos por otro que no presente ese problema.
Con respecto al mundo real y los hombres reales: no todas las realidades son iguales a las del arquetipo que erigiste en tu último párrafo. Gran parte de la población africana no puede considerarse como no real por no dedicarse a esas actividades. En cualquier caso, el cooperativismo, que engloba la mayor parte de las actividades que anuncié arriba, es algo bien real.
Estoy de acuerdo en casi todo lo que decís. Peeeero (siempre hay un pero), como decía mi abuela, del dicho al hecho hay un largo trecho.
Las buenas intenciones no son suficientes para llevar adelante una existencia autosustentable (ni para casi nada más; no por nada se dice que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. Más allá de que supongo que, al igual que yo y como buen anarquista, serás ateo/agnóstico, calculo que entenderás la idea.).
Y estamos de acuerdo en algo más: definitivamente, hay tantas realidades como personas. Por lo pronto, la realidad en la que vivís es diferente de aquélla en la que vivo yo.
Soy agnóstico (en realidad prefiero decir escéptico, desde que alguien me dijo que agnóstico también puede interpretarse como "el que afirma que no se puede saber", porque no puedo afirmar eso). También creo que no hay porqué rendir cuentas de las acciones propias en un blog, ante gente que no conocemos. De todos modos, puedo también aclarar que si bien no todos, estoy cumpliendo una parte importante de los postulados que admito como buenos, y cuando termine cierto trabajo que estoy debiendo voy a meterme en emprendimientos cooperativos que estoy organizando con otros compañeros.
En realidad, creo de las acciones y actitudes propias hay que rendir cuentas cada vez que uno critica a otro, porque es importante dejar en claro desde qué lugar uno dice las cosas.
Si no, insisto, es hablar por hablar.
No creo que haya que rendir cuentas sólo por criticar. Lo que uno haga o su inacción será criticada luego, pero es independiente de lo razonable o no de su argumentación. Para mí son dos cosas valuables de distinto modo. A mí en una discusión (como ésta) me interesan los argumentos, más que las acciones de los interlocutores.
Nunca te pedí cuentas, apenas si quise saber desde dónde decías lo que decías.
Es inevitable que uno se pregunte cómo alguien paga con el culo los cheques que libra con la lengua.
Si las ideas y los argumentos fueran lo único válido, yo seguiría siendo anarquista, sin que importara el hecho de que mis necesidades puntuales (personales, familiares... llamales como quieras) me hayan llevado a insertarme en el sistema capitalista que tanto despreciaba (y del que, no nos engañemos, tanto vos como yo también formábamos y formamos parte desde nuestro nacimiento, ya sea de buen grado o a regañadientes).
Peeeeero (de nuevo: siempre hay un pero)... lo cierto es que en la práctica no lo soy.
No dudo ni por un instante de que la libertad de expresión es un derecho fundamental que durante mucho tiempo tuvimos negado (no sé tu edad, pero a mí me tocó vivir épocas en las que participar de una discusón pública de este tenor hubiese sido suicida), pero estoy convencido de que, como toda libertad, debe ser ejercida desde la responsabilidad.
Recapitulando, entonces, nunca apunté ni apuntaría a censurarte, sino a saber qué tan responsable te hacés de lo que decís.
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